martes, 27 de octubre de 2009

Los colegios laicos y la cátedra del aborto

Por fortuna para mí, no sé si también para mis padres, fui educado en un colegio de carácter laico como es el Liceo San Luis, de Yarumal, con maestros liberales en el pensamiento y en sus convicciones y abiertos a la discusión; lástima que hoy esté convertido en una institución educativa donde se obliga a profesar la religión católica y se coartan las libertades consagradas en la ley, defendidas por la Corte Constitucional en sendas sentencias.

Claro que a mí también me tocó la obligatoriedad de las misas, so pena de perder la materia de religión, la misma práctica que utiliza actualmente el profesor de religión y filosofía, que también me tocó desafortunadamente a mí, coartando las libertades en una especie de soborno de ir a rezar o presentar un examen. En mi tiempo no teníamos protección de la corte, pero ahora sí hay jurisprudencia amplia y debe respetarse la libertad de credos de ateos juveniles, librepensadores y cristianos, porque una cosa es segura, y es que en el país no toda la población es borrega del catolicismo. Gracias al señor Nietzsche pude abrir los ojos tiempo después.

Hace unas semanas tuve la oportunidad de tener en mis manos el Manual de Convivencia de la I. E. San Luis, donde leí algunos artículos de obligatorio cumplimiento que me causaron conmoción y desasosiego, no solo por el tufo de autoritarismo, sino también porque son violatorios de los derechos fundamentales y de la jurisprudencia de la corte en cuanto al corte de cabello, que dice el manual debe ser “moderado y de tres centímetros desde la raíz capilar”. Increíble que se siga imponiendo éste modelo caduco.

Pero eso no es todo. Desde la llegada del nuevo rector las misas se volvieron parte del horario de clase, con Tedeum y todo, desconociendo que el colegio es una institución oficial y laica y debe respetarse la libertad de cultos, o eso se piensa, porque la asistencia a las celebraciones es obligatoria. Razón tenía Estanislao Zuleta en decir “que la educación del bachillerato es la cosa más vaga, confusa y profusa de la educación en el país… la educación, tal como ella está, reprime el pensamiento, así no se lo proponga”.

Si la constitución es laica, no teísta, ¿por qué debe pasarse por la faja en la profesión de cultos? ¿por qué los manuales de convivencia son tan buenos para resaltar los deberes de los estudiantes y tan inquisidores en el reconocimiento de los derechos? Si es ignorancia, es bueno leer las sentencias en cuanto a la elegibilidad del padre de familia de decidir si su hijo recibe clases de educación católica; respetar el derecho al libre desarrollo de la personalidad de los estudiantes de pelo largo; o el respeto a la diversidad sexual en las instituciones educativas, porque según he escuchado en el colegio ha habido casos de homofobia.

Supongo que me llamarán rebelde por promover las libertades, pero esperen que apenas viene lo mejor. La corte constitucional ha dado un nuevo paso a revolucionar los derechos de los ciudadanos y obligará al Ministerio de Educación a llevar a las aulas de clase el tema del aborto. Ya me imagino la cara de los opusdeístas del colegio, que era mi orgullo y seno de maestros brillantes que hoy hacen mucha falta, promoviendo de camándula en mano talleres para aprender a conocer los casos en que se aplica el aborto. Leerán la sentencia de la corte con gafas oscuras y se taparán la nariz, porque eso es acto del demonio y producto de la descomposición de la sociedad.

Lo grandioso de la sentencia es que no es una recomendación si no una orden, de obligatorio cumplimiento no sólo para el Ministerio de Educación, si no también para la Procuraduría, la Defensoría del Pueblo y el Ministerio de la Protección Social. La cátedra del aborto será el primer paso para empezar a desligar de la educación el matrimonio de la iglesia-Estado, cumpliendo con lo que propone el Estado liberal.

Ahora, que el tema del aborto se toma las aulas de clase, es propicio para empezar a incluir el tema de la diversidad sexual como un derecho fundamental, dándole primacía en la educación laica, porque así como hay niñas que, si son violadas o tienen malformación en el feto, tienen el derecho a abortar, hay jóvenes que tienen el derecho a definir su condición sexual, con el acompañamiento de las directivas del colegio y la inclusión en el Manual de Convivencia de la No Homofobia.

Es por esto, que haciendo uso de mi derecho a la libertad de expresión, llamo la atención al cumplimiento de la jurisprudencia por parte de los directivos de los colegios del Estado, porque los privados son un cuento aparte y tienen santificación papal, lo cual los convierte en violadores de las libertades, porque ellos no respetan la decisión de una alumna a abortar, pero los públicos si tienen la obligación de velar por los derechos y no poner por encima de la constitución la voluntad idólatra al cumplimiento de la moral bíblica.

¡Cuándo aprenderemos a respetar las libertades! Creo que es hora de reivindicar los derechos de la mujer, entre los cuales está el derecho a abortar. ¿O dónde está escrito que una mujer violada o con un feto malformado esté obligada a tener la criatura? En Grecia mataban a los fetos que nacían malformados; en Colombia matan los derechos de la mujer a camandulazos.

¿Crisis de la Universidad de Antioquia en Yarumal?

Desde la discutida llegada de la Universidad de Antioquia a Yarumal, en el año 2005, tal como se han visto los resultados y el impacto que ha generado la presencia del Alma Máter en la subregión del norte, creo que no han sido los mejores, si lo medimos en la deserción y en el número de programas que, como parte de responsabilidad social, debería desarrollar una universidad pública en una región tan próspera como la nuestra.
Desde hace un par de años la Universidad de Antioquia Sede Norte, además de su incursión inicial en la subregión con carreras como Archivística, Educación Física y Regencia de Farmacia, ofreció en el mercado educativo otras carreras como Tecnología de Alimentos, Trabajo Social y Zootecnia, esta última un completo fracaso, dada la deserción que se ha presentado en los años 2008-2009, dado que empezó con dos grupos con número aproximado de 30 estudiantes cada uno, con diferencia de un semestre, y hoy suma en los mismos dos cerca de 15 estudiantes, si nos es menos, lo que debe ser una preocupación de la Dirección de Regionalización y del Consejo Superior, pues la inversión para dos o tres estudiantes como ocurre en otras regionales cuesta lo mismo que dictarle cátedra a treinta.
Como una muestra de la falta de planeación de la universidad se ofreció la Tecnología en Saneamiento Ambiental, Licenciatura en Matemáticas y Física e Ingeniería en Telecomunicaciones, las cuales tampoco han mostrado los resultados esperados, teniendo en cuenta que los estudiantes se matriculan y luego desertan. Algunas razones, expresadas por los mismos estudiantes y vividas por mí en su momento, obedecen a la falta de seguimiento al rendimiento de los estudiantes y la actitud de algunos profesores de cátedra que vienen de la Ciudad Universitaria “a rajar y hacer desertar a los estudiantes”.
Claro está que al verdad oficial de la universidad es otra, al decir del boletín Todos somos U donde se expresa que “la actual convocatoria de Licenciatura en Matemática y Física e Ingeniería de Telecomunicaciones, son una necesidad objetiva para la región, y no atiende demandas de personas que seguramente prefieren estudiar otros programas”. Pero el número de alumnos desertores demuestra lo contrario, con lo que debería suscitarse una seria preocupación de las directivas de la sede, teniendo en cuenta que en poco tiempo se verá menoscabada la imagen de la universidad en Yarumal.
El manejo que debe tener una sede de la Universidad de Antioquia, así sea descentralizada, debería ser el mismo que se aplica en la sede Medellín, con las mismas garantías y el cumplimiento de las obligaciones a las que se comprometen las partes en el Reglamento de Estudiantes de Pregrado, sin excepciones, porque la universidad es unitaria en su marco constitucional.
Aunque no todo es malo en la Universidad de Antioquia, donde las dos cohortes de Trabajo Social ha sido un éxito por el número de estudiantes que se han mantenido y los excelentes profesores que han dictado cátedra; la Tecnología en Servicios de Salud también ha mostrado buenos resultados, en términos no cuantificados; el programa de Biología, aunque un poco desvisionada de la región tiene un número considerable de estudiantes, aunque también ha habido deserciones; y la Tecnología en Regencia de Farmacia y de Archivística, la primera con una promoción ya graduada y otra en prácticas, y la segunda con la totalidad de estudiantes graduados, son muestra de que el manejo de los programas debe ser evaluado y planificado para evitar deserciones.
Las características de la subregión Norte, aunque son para explotar el sector agropecuario, no debe centrarse en éste sector únicamente, porque para eso está el SENA que cuenta con un número considerable de aprendices, ni tampoco con programas poco prósperos como telecomunicaciones o licenciaturas no compatibles con lo que prefiere la población.
Desde mi modo de ver el accionar de la Universidad en la región creo que falta un poco planeación y dirección, creando grupos de trabajo o mecanismos de enlace con las necesidades que presenta una región y un municipio como Yarumal, porque el impacto que desarrolle una institución universitaria va a hacerla crecer en conocimiento y en número de estudiantes.
El municipio de Yarumal, en un esfuerzo por fortalecer los programas que desarrolla, debería crear proyectos bandera para que los estudiantes de la Universidad de Antioquia pongan a producir su carrera en plena etapa de profesionalización, coadyuvando al mejoramiento del rendimiento de los estudiantes y a una muestra de desarrollo de Yarumal en asocio con la universidad.
Es importante anotar, que en el Plan de Desarrollo de la Universidad de Antioquia para el Norte, están muy bien planificadas las metas y las tareas a emprender, por lo que es hora de replantear las funciones y poner a trabajar el grupo administrativo de la universidad en la formulación de un plan de emergencia, concatenado con el Plan Educativo Municipal, para recomponer la imagen de la Universidad de Antioquia, como una verdadera presencia viva del conocimiento en las regiones. “(…) la Universidad de Antioquia como eje impulsor del desarrollo social” no debe quedarse en editoriales, sino más bien pasar a la acción, sin crear resultados hipotéticos de formación, porque el verdadero impacto de una institución pública de educación superior se mide en los procesos locales, y no en el número de graduados.
En consecuencia, el sostenimiento de un estudiante dentro de la institución involucra esfuerzos directivos y normas del reglamento interno claras, porque en ocasiones la normatividad es aplicada con rasero y no en derecho de los estudiantes.
APOSTILLA: La protesta de algunos estudiantes del programa de Zootecnia en las instalaciones de la Universidad de Antioquia Sede Yarumal, hoy viernes 11 de septiembre, evidencia un deterioro de la institucionalidad dentro de la misma universidad, la cual debería tener de manera permanente un empleado de Bienestar Universitario para tramitar la quejas de los estudiantes, creando confianza en la comunidad universitaria y evitando la vulneración de unos derechos que están en el Reglamento Estudiantil de Pregrado.

Revisionismo político

“El príncipe se verá abandonado de un pueblo que no le tenga afecto, como lo será también por los nobles contra cuyo gusto gobierne”.
Nicolás Maquiavelo, El Príncipe. (Capítulo IX: Del principiado civil)

La decisión está tomada. Es un hecho. Luego de esperar por varios meses la resolución del conflicto que opacaba el Referendo de la Reelección, por fin fue votado en la Cámara de Representantes el pasado martes, minutos antes de la media noche, dando vía libre a la revisión de la Ley por parte de la Corte Constitucional, la cual estará asediada por las falacias de la oposición para frenar el trámite y alargar la discusión sobre si es o no legal.
En varias ocasiones he manifestado mi posición política y mi admiración a la gestión del presidente Uribe, como un político sagaz y un estratega como ningún otro. Así lo hubiese criticado en algún tiempo y haya escrito columnas de prensa denigrando de algún tema que no estaba bien sustentado, de un tiempo para acá he tomado como base de mi moral política lo que algunos consideran el ‘revisionismo político’, término odiado por los mamertos izquierdistas para catalogar a quien renuncia a sus posiciones políticas y toma partido en otros pensamientos, para analizar sin prevenciones cuáles han sido los logros, las falencias y éxitos del gobierno de Uribe.
El apoyo moral, o la simple admiración y defensa de un mandatario como el presidente Uribe, no puede ser objeto para que, quienes en algún momento fueron mis contertulios en otro partido, me ataquen, porque así como el presidente Uribe hizo en su momento su ‘revisionismo’ al separarse del Sector Democrático del Partido Liberal en Antioquia y ser candidato presidencial por una disidencia, no quiere decir que haya abandonado el espíritu liberal, porque él es liberal en su pensamiento y conservador en sus acciones.
Del mismo modo José Obdulio Gaviria, ex asesor presidencial, ex militante de cuadrillas comunistas en su juventud y hoy intelectual uribista y miembro del comité que diseñó el cuerpo de Doctrina de la Seguridad Democrática; Luis Eduardo Garzón, ex alcalde de Bogotá, ex sindicalista y fundador del PDI (Polo Democrático Independiente), partido que murió en el Polo Democrático y del cual lo echaron, por lo que ahora hace parte del grupo de los tres llamado Los Tres Rolos, por haber sido todos alcaldes de Bogotá. Estos, para claridad de muchos contradictores ideológicos y políticos, son claros ejemplos del revisionismo político, porque renunciar a viejas tradiciones radicales también es un acto de crecimiento político y desprendimiento de odios.
En algún tiempo, en un acto de mamertismo y crudeza política, fui fuerte en mis posiciones y apreciaciones de la política del presidente Uribe, pero hoy que el panorama es tan claro en darle continuidad a un proceso de recuperación de la confianza de la ciudadanía hacia el Estado, con los tres pilares de la Seguridad Democrática: seguridad, cohesión social y confianza inversionista, es más clara mi posición de ayudar a construir país y apoyar decididamente la institucionalidad de Colombia, representada en un hombre de armas tomar y espíritu patriótico, como Álvaro Uribe Vélez.
El ‘antitodismo’ creado por Luis Eduardo Garzón para caracterizar al Polo no puede ponerse como teoría aplicada, porque el discurso radical no suena retórico y bonito sino en las conferencias y textos de izquierda, porque en la práctica están lejos de ser realidad. A veces, cuando se renuncia a la estrechez mental, puede aplicarse con rigurosidad un revisionismo político, que no es abandonar las convicciones, sino reorientarlas desde otro ámbito político, con la posibilidad de desarrollarlas con más facilidad, como decía Estanislao Zuleta.
Sé que en algún tiempo me mostré como un seudo-izquierdista por mis críticas, y es difícil que me vean de otro modo, pero ahora con mi revisionismo político, haciéndome llamar revisionista, veo la situación del país desde una posición más apologética que crítica, es decir, más favorable que paupérrima.
Por esto, así me lluevan insultos y reclamos, seguiré adelante acompañando a otros revisionistas que ahora andan en las mieles del poder o están haciendo campaña para llegar a ellas, porque ellos se dieron cuenta que la política se hace sin fanatismos, sin retóricas mamertas y sin tratados extensos de castrismo y chavismo, tan inentendible para el resto de la gente que quienes las promueven deben digerirla, rumiarla y luego hablarle en términos sencillos a la gente.
Los cambios políticos no son emocionales ni casuales, sino más bien el resultado de la madurez política, los golpes de la vida y la decepción utópica de que la pobreza no se elimina leyendo a Marx, si no a Nicolás Maquiavelo.

Victorias pírricas y divorciadoras

“Mientras el comunismo no adopte como meta algo así como la distribución de poder y bienes entre todos, sino la dictadura del proletariado, será, comparado con Marx, un paso atrás, y mientras el beneficiario no sea el pueblo, sino el pequeño grupito de bonzos, mejor es no seguir hablando de él”.
Hermann Hesse, Lecturas para minutos.

Para algunos fue un éxito. Una elección democrática (?). Las consultas del Polo y el Partido Liberal del pasado domingo 27 de septiembre no despejaron el camino de lo que la oposición quería ver: que están fortalecidos y vigentes para derrotar el referendo y la reelección de Uribe. Mucha retórica y pocos hechos, porque declarar la abstención del pueblo con tan pocos votos de los camaradas, es una bravuconada.
Mis cálculos electorales de los candidatos electos no salieron como lo preví, porque sólo le pegué a uno que estaba definido desde su inscripción como precandidato a la presidencia por el partido Liberal. Rafael Pardo estaba ungido por César Gaviria para ser el candidato oficial, sin necesidad de hacer consultas.
En cuanto al Polo Democrático, donde la fama y la manipulación del Moir y el Partido Comunista tenían elegido, sin consulta, sólo por capricho de las camarillas al profesor “Tropical Marx”, como era conocido Carlos Gaviria en la Universidad de Antioquia en sus tiempos de profesor, no pudieron mantener la caña y fueron derrotados por un demócrata como Gustavo Petro, un ex guerrillero que se convirtió en la piedra en el zapato de los radicales y mamertos, los gamonales doctrinarios de la izquierda colombiana representada en Jorge Robledo, Wilson Borja, Gloria Inés Ramírez, Jaime Dussan y Carlos Gaviria.
Las consultas de la oposición, las peores de los últimos años, no sólo por el número de votantes, sino además de ello, por la cantidad de dinero gastado, dejan huella indeleble del debilitamiento ideológico y la desdibujada imagen de lo que se pensó en un momento sería el Polo Democrático, el partido de la izquierda colombiana que hoy tiene menos militantes que la logia de Regina 11.
Ahora, con la elección de Rafael Pardo y Gustavo Petro, se planea una nueva consulta, pero esta vez interpartidista, donde posiblemente convergerían Pardo, Germán Vargas Lleras, Sergio Fajardo y los Tri-ecologistas (Mockus, Peñalosa y Garzón), porque, según declaraciones de Vargas Lleras, él no le jala a hacer pactos con el Polo Democrático. A los radicales no los quiere nadie diferente a Lenin o Stalin.
Una de las ganancias de la victoria pírrica del liberalismo fue el surgimiento de nuevas figuras como Aníbal Gaviria, quien dio la sorpresa; el entierro del Samperismo y el Lopizmo representado en Alfonso Gómez Méndez y Alfonso López Caballero; y el infructuoso intento de Cecilia López, Héctor Elí Rojas e Iván Marulanda, quienes murieron para la política.
En cuanto al Polo, además de demostrar que tienen sólo quinientos mil militantes, lograron sumirse en el radicalismo de la Junta Nacional, manejada por el Moir y el Partido Comunista, quienes a regañadientes aceptaron la victoria de Petro como candidato oficial a la presidencia, quien estará en la soledad del poder, porque una cosa es ser candidato y otra tener el respaldo de los miembros del cenáculo de la doctrina. La Dirección del partido amarillo estará interina hasta que Carlos Gaviria acepte u otro radical la asuma, porque lo que sí esta seguro es que ni Petro ni sus aliados dirigirán el partido.
Sin embargo, con la renuncia de Carlos Gaviria a ser presidente del Polo y de negarse a apoyar a Petro en la campaña presidencial, es decir, tomará la camándula y se dedicará a los nietos, demuestra que los planes de la camarilla radical del Polo no salieron como se esperaba, además de poner en la picota pública que el señor del partido es Gaviria, un radical disociador de un partido que vuelve a ser lo que era hace unos años: un intento de partido. Qué pesar, hasta a Alfonso Cano le dolió el triunfo de Petro, quien en unos pocos años tendrá que hacer un revisionismo ideológico y unirse a los partidos del cambio.
Bastó la renuncia de Lucho Garzón al partido que él mismo fundó para que se acabaran los sueños de la izquierda.
De nuevo se aclara el panorama político para demostrar que en Colombia la oposición es minoritaria y sin pretensión de poder. De victorias pírricas no vive un partido.

Chávez, entre el delirio y la demencia

Las deterioradas relaciones diplomáticas entre Colombia y Venezuela se han visto aún más rotas y distanciadas en los últimos días, dada la decisión de Colombia de cumplir con la cláusula de cumplimiento del Plan Colombia, acuerdo de cooperación para la lucha contra el narcotráfico, herencia dejada hace una década por el presidente Andrés Pastrana, después de romper acuerdos de paz en el infausto intento de negociación del Caguán.
Pero para entender un poco cuál es la razón que ha llevado a Venezuela a tomar dicha decisión, es bueno, por no decir obligatorio, darle un vistazo al polémico libro El poder y el delirio escrito por el analista y escritor mexicano Enrique Krauze, quien lo presentó en la Feria del Libro de Bogotá recientemente. En dicho libro está sustentado psicológicamente el comportamiento anormal y excéntricamente mofo del presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Hugo Rafael Chávez Frías, presidente perpetuo por decisión de un pueblo que integra la “Cubita” contemporánea de América del Sur.
El Socialismo Siglo XXI, el proyecto de doctrina de la revolución se ve a simple vista como un proceso de reivindicación de los derechos del pueblo venezolano, un Estado que nada en petróleo pero que le pasa como al millonario por azar, que cuando le pega a la lotería hace hasta lo imposible por hacerse notar y gastar de forma descomunal.
Las ayudas condonables a los países del continente para recomponer su economía y la aprobación de préstamos a Argentina para pagar su Deuda Externa con el Fondo Monetario Internacional no es más que una sustitución de dominio de los yanquis a lo que llama Chávez como hermandad latinoamericana, su imposición de caprichos y políticas en la recién creada Unasur y en el Banco del Sur, el reemplazo del BID, pero con dominio del Socialismo del Siglo XXI, doctrina de esclavismo para los pobres que creen en Chávez.
Los interminables discursos de Chávez, donde hace gala de su delirio de persecución por parte de lo Estados Unidos, son el falsete de lo que se vivió en Cuba con el ascenso de Castro al poder y derrocamiento de Fulgencio Batista. En la “Plaza del Che” se paraba varias horas Castro, el verdugo de Cuba, a discernir complejas utopías de lo que sería la Revolución Cubana, hoy dictadura irrompible.
En cualquier Planta de Petróleo o plaza pública se sienta como un mandamás el ególatra presidente de Venezuela a fustigar posiciones políticas, amenazar países y dictar interminables órdenes a sus súbditos que, como sucede en Cuba, viven como los más refinados burgueses con comodidades capitalistas, sus enemigos en el discurso, actuando como izquierdistas de doctrina en el papel.
A Colombia se le acusa de internacionalizar el conflicto por la Operación Fénix, donde fue abatido Raúl Reyes, pero esos críticos no se dan cuenta de que el proyecto de Socialismo Siglo XXI fue partícipe de ese golpe, porque para nadie es un secreto que en Ecuador y en Venezuela en los últimos años se ha protegido a los comandante de los grupos irregulares. Las decisiones drásticas se toman en el momento en que está en peligro la soberanía y la legitimidad de un gobierno, como sucedía con el de Colombia.
Las presencia militar de los gringos en Colombia son el nuevo tormento de Chávez, quien se siente vigilado. Como una caricaturesca figura de la literatura entra en demencia y se arma una guerra donde no la hay, como el Quijote con los molinos de viento.
El delirio de grandiosidad bolivariana ha hecho que Chávez esté en un estado de demencia senil al creerse el Libertador de las Repúblicas suramericanas de las garras del imperio norteamericano. El encarnado liderazgo de Chávez no debe ser considerado herencia de Bolívar, porque aunque sean venezolanos los diferencia la locura de uno y la serenidad del otro.
El delirio y la grandeza serán el caballito de batalla con que el incendiario comandante en jefe, Hugo Chávez, manipulará a sus copartidarios y tratará de tomar el poder de una América soñada por Bolívar, que Chávez está ahogando y echando a perder.

Foucault y la universidad pública

Los hechos que presencié fueron suficientes para recordar algunos apartes de la bella y estructurada obra del filósofo de la postmodernidad, pensador francés y padre de la nueva teoría de la historia, Michael Foucault.
La Universidad de Antioquia, el centro de discusión y discernimiento de la academia antioqueña, en ocasión de actividades conmemorativas por los derechos humanos y conferencias con variados expertos que conocen del conflicto colombiano, fue escenario de un bochornoso acto de salvajismo y tercermundismo por parte de unos ‘encapuchaditos’ que se tomaron la Plaza Barrientos para dañar los carteles de la campaña “universidad incluyente” y poner los suyos con mensajes alusivos a la inclusión y a la revolución, reclamando espacios de concertación y de libertad de expresión, al estilo chavista, cuando son ellos los que no concertan y se adueñan de espacios que son de toda una comunidad universitaria. Y como siempre pasa, en un acto de patriotismo comunista, hicieron estallar dos papas bomba y se esfumaron.
Bien lo definió en un estupendo ensayo el escritor peruano Mario Vargas Llosa al exponer cómo el Mayo del 68 francés el ápice de derrocamiento de la educación, el principio de la perdición y la aparición de un modelo de desobediencia civil que ondeaba su bandera con el eslogan “¡Prohibido prohibir!”, mostrándose como la nueva generación que se oponía a la autoridad.
Hace unos días, viendo la concurrencia de estudiantes y profesores de la Universidad de Antioquia, que se dieron cita en el teatro Camilo Torres para discutir el modelo de la seguridad dentro de los claustros de educación se evidenció, por denuncias de los mimos maestros y estudiantes, la inseguridad que se vive en la ciudad universitaria, además de las hordas de vicio y delincuencia que se han estado incrementando en la Universidad, el Alma Máter de los antioqueños.
Cuando los estudiantes quieren hacerse notar salen a las calles aledañas a la Universidad y se enfrentan con la Fuerza Pública, dentro de un estado claro de anarquismo y anti-autoritarismo, que es repelido por el Estado democrático que lucha por la tranquilidad de las mayorías, poniendo en práctica lo que Foucault justifica y argumenta en su libro Vigilar y Castigar, en el que expone que con la acción de la fuerza y los medios de castigo se impone autoridad. Dentro de éste orden de ideas, es por esta razón que el gobierno colombiano, a través de la Seguridad Democrática, ha autorizado la entrada de los efectivos de la policía e inteligencia a los campus universitarios.
Claro está que los Derechos Humanos deben primar por sobre las órdenes de allanamiento a los campos universitarios, pero tampoco puede escudarse en este modelo liberal la delincuencia, las camarillas políticas de grupos armados ni mucho menos el jibarismo. Todo esto quedó demostrado con los allanamientos hechos por las autoridades en meses pasados y el asesinato de un estudiante en una de las facultades.
La autoridad es dura cuando la sociedad se hace merecedora de ella. Cuando cualquier acto de revuelta amenaza con la estabilidad del orden público es ahí en donde debe tener presencia la fuerza pública. Las marchas son permitidas en todos los países democráticos, pero en Colombia, como un acto inequívoco de rebeldía y anarquismo, son utilizadas para crear caos y hacer pintas contra el Estado, atentando contra la propiedad privada, o, en peores casos, contra la misma infraestructura del Estado, representado en la universidad pública.
El actual modelo de autoridad también tiene como eslogan el “¡Prohibido prohibir!”, cuando todos se van lanza en ristre en contra del Estado cuando quiere mantener el orden dentro de los claustros universitarios; cuando en la escuela pública el alumno tiene garantías para arreglarse el cabello como quiera en un acto de rebeldía. O en otros casos cuando la estupidez y la estrechez mental llevan a pensar que para mantener una discusión con el Primer Mandatario de los colombianos se tenga que acudir a un huevo, en un acto de vulgarización y anarquía izquierdista, propia de la vergüenza de quienes sí nos sentimos colombianos.
Es por esto, y es triste reconocerlo, que la educación privada, aunque costosa y elitista, es la formadora de los dirigentes políticos y profesionales que trabajan en el poder.
Mientras algunos movimientos políticos sigan atizando la hoguera de la rebeldía en los campus universitarios, y se haga necesaria la utilización de la autoridad represiva contra los rebeldes y anárquicos, la educación en la universidad pública colombiana seguirá estando en un retroceso cultural.