domingo, 20 de marzo de 2011

Un retrato incesante: Chulavitas y Cachiporros

Los tiempos de la persecución contra los liberales “cachiporros”, como eran llamados despectivamente los liberales por parte de los godos, ha pasado a un segundo plano, luego de más de medio siglo, en que La Violencia asediaba la tranquilidad de los pueblos y los muertos, entre Policías Chulavitas y Chusmeros, eran el pan de cada día.

Por más que quiera hablarse del tema en Yarumal, es imposible. Un tema vetado, porque crea la necesidad de citar al Obispo Miguel Ángel Builes, quien por ese entonces dirigía la Diócesis de Santa Rosa de Osos, y sobre quien se ha creado una mitología que, pese a todos esfuerzos por mostrarlo como un Santo –no puedo afirmar lo contrario-, la tradición oral de los pueblos del norte antioqueño lo desmitifican, mostrándolo como lo que fue: un obispo político.

Recientemente, leyendo “Abraham entre bandidos”, de Tomás González, una novela sobre la época de La Violencia que retrata la crudeza con que se daba muerte a los contrarios –liberales y godos-, con la usanza de guerra: el corte de franela y el degüello, recordé varias historias que he escuchado sobre la chusma, los liberales de Puerto Valdivia y los sucesos políticos que durante el siglo veinte marcaron el actuar de los políticos de Yarumal.