miércoles, 27 de mayo de 2009

¿Dónde está la seguridad de Yarumal?

No había querido referirme al tema de la inseguridad en Yarumal para no crear temor en la población, ni crear resquemores en la administración de nuestro municipio.
Como el tema ya está presente en todas las tertulias de café, y en cierta forma me inquieta la inseguridad, veo que ya es hora de poner los puntos claros en cuanto a la ola de hurtos y violencia callejera que se ha estado presentando en nuestro municipio.
Para la mayoría de las personas nada sucede. Todo hecho es aislado. Los hurtos son por trasnochar mientras el resto de la gente duerme. ¿Acaso hay horario para tener seguridad? ¿Dónde están las acciones de la fuerza pública? ¿Sólo quienes circundan el parque merecen estar custodiados por la Policía Nacional? ¿De qué han servido las diez motos de dotación para el distrito de Yarumal?
Es preocupante la ola de hurtos que se han estado presentando en sectores como La Estación, La Inmaculada, el mismo parque (en el atrio), en zonas centrales como la Escuela Epifanio Mejía y el punto más crítico y neurálgico de nuestra población, una olla, si se puede decir, porque el sector de la Terminal se ha convertido en el Cartucho de Yarumal, el centro de expendio, consumo de alucinógenos y camuflaje de los rateros, quienes sin importar la hora atracan al transeúnte.
En variadas sesiones del Concejo Municipal se ha discutido el tema de la desorganización social que se vive en La Terminal, la antesala a los viajeros que visitan nuestro municipio, sin tener ningún resultado, porque aunque la Policía Nacional diga que los tiene desaterrados del submundo del puente no reconoce con eso lo hizo fue trasladárnoslos a los barrios de la periferia, donde más casos de hurto se ha presentado. ¿Dónde están los resultados? Yo, que trato de recorrer mi pueblo en las noches, he visto que el panorama de la inseguridad está reinante en todos los rincones de la población. ¿Qué hace falta? ¿Dónde están las acciones del Consejo de Seguridad? ¿Dónde está la Asociación de Comerciantes? ¿Qué vamos a hacer con los mendigos y el consumo indiscriminado de alucinógenos no permitidos?
Un caso recurrente que ha sido denunciado en el Concejo Municipal por el edil Óscar Zapata, en cuanto a la vigilancia que debe prestársele a La Terminal tomó vigencia esta semana, cuando la empresa de la cual es gerente don Óscar Zapata fue abatida por unos hombres armados que aprovecharon la soledad de las 5:00 a.m. para atracar la taquilla de la empresa transportadora. ¿Hasta cuándo tendremos que padecer este martirio de los malandrines? Líbranos Señor, aunque no seas de mis afectos, para que no vayan a aparecer de nuevo doce amigos de la limpieza social.
Y, como si fuera poco, los panfletos de amenaza han terminado por crear miedo entre los yarumaleños para no querer estar después de las diez de la noche en la calle. Ya veo por qué la seguridad está tan invisible, si no hay a quien cuidar.
Todos los yarumaleños de bien, como dice el alcalde de Yarumal, necesitamos seguridad, pero con acciones fuertes que muestren el desmantelamiento de centros de expendio, capturas de los malandrines y seguimiento a los sectores asediados por el robo en locales y residencias.
Está constitucionalmente claro que la función de la Policía Nacional es brindar seguridad a la ciudadanía y combatir la delincuencia, no prestar seguridad solamente al parque de Yarumal y combatir a los fumadores de cigarrillo, que no somos ni enfermos ni criminales, como quieren hacernos ver, con el proyecto del gobierno de penalizar la dosis personal.

lunes, 4 de mayo de 2009

Mi dosis de personalidad

Siento todavía en mi boca el olor a tabaco y los restos de alcohol. Aunque no es sólo en este momento que huelo a tabaco, mi adictivo, mi dosis personal, mí acicate a la soledad y al disfrute de un café oscuro. Siempre me muestro como soy, un hombre libre y sin ataduras morales.
Con el reciente envión del gobierno colombiano de penalizar la dosis personal, legalizada por la Corte Constitucional en Sentencia C-221 de 1994 y sustentada por el constitucionalista Carlos Gaviria, se pone en evidencia una vez más cómo las libertades individuales, en nuestra desgraciada patria, están en la etapa de más vulnerabilidad de los últimos años.
Los fumadores hemos sido violentados con todas las trabas legales que produce un pucho, sin referirme todavía a la marihuana, porque de todos lados, exceptuando los parques y nuestra propia casa, hemos sido echados como perros con sarna, por el ministro estrella de la desprotección social, Diego Palacio Betancur, quien se ha vuelto el más puritano de los ejecutivos colombianos al emprender la batalla contra la marihuana, con ayuda del Ministerio del Interior y de Justicia, y contra el cigarrillo y los derivados del tabaco, dos vicios protagonistas en la historia.
Desde los tabacos de Wiston Churchill y Fidel Castro, los cigarrillos de Juan Carlos Onetti y Jean Paul Sartre, hasta la marihuana fumada por Andrés Caicedo y el profesor Carlos Ossa Escobar, famoso por ser infidente, cuando fue Codirector del Banco de la República, de fumar marihuana, aún cincuentón, incluyendo los versos opionianos de los poetas franceses son libertades de la personalidad.
Enciendo otro cigarrillo, el sexto mientras escribo esta nota. Leo con gracia y placidez el artículo de Héctor Abad Faciolince, publicado en El Espectador, leo y lanzo bocanadas de nicotina mezcladas con cafeína. Columna enmarihuanada, titula Faciolince su defensa de la dosis personal y dice, sin tapujos ni recatos, lo que más me hace admirarlo como escritor: “Acabo de fumarme un puchito de marihuana. Los miles y miles de libros de mi biblioteca, de todos los colores, están bailando conmigo”.
En los ratos de ocio y divagación juvenil, en los combos de amigos, en las caminadas y fiestas, ¿a quién no le llegaron a ofrecer un pucho de marihuana? Aclarando que probar no es quedarse en el probatorio. Así no lo haya llevado hasta lo pulmones alguna vez estuvo entre humaredas de yerba pura. Como dice un amigo, o mejor, varios amigos: “Quien estudió en la universidad pública y no probó la marihuana perdió el tiempo”, sin dejar el respeto por la libre decisión, que suena más como a pecado cristiano, por lo que debe ser resarcido con diez rosarios.
Ahora que la dosis será penalizada, si el espíritu santo no se traba de aquí a eso, y será manejada como droga de riesgo, mucho más peligrosa que un gramo de nitroglicerina, tenemos la obligación moral de apoyar la campaña de “Porte la dosis de personalidad”, organizada por un grupo de ciudadanos en Facebook, una buena forma de expresar el próximo 26 de marzo que la vida tiene un solo dueño: soy yo. Aunque el centro de la marcha es la Plaza de Bolívar, en Bogotá, también podemos hacerlo desde nuestra municipalidad.
La campaña por la libertad de la dosis también comprende la libertad de la dosis de un libro, de un trago, de un condón, de un libro ateo, del odio a los camanduleros builistas y a los curas. Yo, por mi parte, defiendo cada una de las libertades antes mencionadas, porque hacen parte de mi dosis de personalidad.
Para terminar con este pucho, perdón, con este texto en olor de nicotina, recuerdo un fragmento de la sustentación de la Sentencia de Carlos Gaviria: “Cada quien es libre de decidir si es o no el caso de recuperar su salud. Ni siquiera bajo la vigencia de la Constitución anterior [la de 1886], menos pródiga y celosa de la protección de los derechos fundamentales de la persona, se consideraba que el Estado fuera el dueño de la vida de cada uno de los ciudadanos”.
Como ya no tengo ni un solo cigarrillo, mi dosis personal de las pasiones literarias y vicio común de varios cafés al día, me tocará fumarme la impresión de este texto.

Equidad de género y ridiculez idiomática

Desde hace un tiempo se ha colado en todos los discursos demagógicos, textos educativos y sentencias de las Corte Constitucional un nuevo invento, por no decir una guerra idiomática tranzada por los defensores de la equidad de género, quienes se han puesto en la tarea de crear nuevos términos para decir que el género femenino también existe, aunque siempre ha existido, sin temer por la ridiculización del lenguaje, obligando incluir dentro de la expresión verbal y escrita terminaciones que señalen de forma clara el señalamiento hacia lo que son las mujeres. Algunos incluso sostienen que luchan por la reivindicación de los derechos femeninos, particularmente en el discurso. Ahora me pregunto ¿existe también la discriminación idiomática? Hagamos el siguiente ejercicio y leamos de corrido, a ver si entendemos algo:
Yarumaleños y yarumaleñas, los y las niños y niñas, los y las jóvenes y jovencitas, los y las abuelos y abuelas.
Sean todos y todas, bienvenidos y bienvenidas a este evento organizado para discutir el papel de la equidad de género en la sociedad y la participación en política de los y las líderes y liderezas de nuestro municipio.
Ellos y ellas, los y las hombres y mujeres, los y las padres y madres de familia, los y las forjadores y forjadoras de una sociedad, son los y las responsables de la educación de los y las niños y niñas, los y las hombres y mujeres del mañana, los y las próximos líderes y liderezas de nuestro país, los y las presidentes y presidentas de nuestra República.
Los y las actuales políticas públicas implementadas por el actual gobierno para cerrar la brecha de la división entre los y las hombres y mujeres, partícipes y participantes del proyecto de equidad de género, un proceso de reivindicación de los y las derechos y oportunidades, desconocidas y desconocidas, para la mayoría de los y las hombres y mujeres de nuestra patria.
Después de haber leído el texto, que es como debe ser escrito de acuerdo a las actuales sentencias de la Corte y los discursos de equidad de género, cree usted que es comprensible acatar este tipo de ridiculización del lenguaje. Aunque pocas veces lo aplican, según he visto, porque ante un público simplemente se limitan a decir y saludar a hombres y mujeres, sin agregar los artículos los y las, un sinnúmero de veces y decir que hombres y mujeres tienen derechos, y esto y aquello.
Dígame usted, amigo lector, con toda sinceridad, si no es jarto tener que hacer tanto énfasis y aclaración de la inclusión de la mujeres en el discurso oral y escrito de la mujeres, niñas, madres de familia, poetas y políticas al referirse a palabras y expresiones que incluyen a las mujeres. Por ejemplo: padres de familia, niños, trabajadores, maestros, la existencia del hombre, poetas universales, e innumerables ejemplos.
Ya hasta se han propuesto en cambiar lo políticamente correcto y hacerse sentir, por lo que El origen del hombre, obra del naturalista Alexander Oparín debe llamarse El origen del hombre y la mujer; incluso, algunas feministas como Florence Thomas, una atea como ninguna ha propuesto entutelar a la iglesia católica porque el nombre de Dios también es discriminatorio, según ella debe referirse a el Dios y a la Diosa, o es que acaso sabe Benedicto XVI cuál es el sexo de Dios. No falta si no que vuelvan a convocar un Concilio como el de Nicea, donde según cuentan se pasaron un largo tiempo discutiendo si Jesús había tenido ombligo.
Y para concluir con la defensa del lenguaje sigo con mi propio discurso de equidad de género:
Los y las padres y madres de familia, los y las progenitores y progenitoras de los y las niños y niñas del mañana tienen un papel muy importante dentro del proceso generacional de los y las derechos de los y las hombres y mujeres, los y las trabajadores y trabajadoras, honestos y honestas, que han ayudado a forjar los y las pilares y pilastras de nuestra deteriorada y deteriorada democracio o democracia.
Como sé que por este concepto idiomático me ganaré más de un madrazo, o padrazo, ya ni sé, por machista o clerical, lo cual es una herejía, quiero aclarar que no es por capricho o desconocimiento, ni más faltaba, que quienes hacemos de las letras nuestra arma de batalla no reconozcamos el papel que representa el feminismo, ahora llamado equidad de género, dentro de la historia, si no que por ningún motivo es aceptable, por sintaxis o morfología idiomática, el uso de las palabras como nin@s, argumentando incluir a las mujeres, porque quieran o no, por morfología, filología y lingüística palabras como hombre, padre y trabajadores incluyen al género femenino.

Apostilla: En los próximos días saldrá a la venta un libro que tiene por nombre Manual de Ateología, una sustentación literaria con varios textos ensayísticos de columnistas de opinión, políticos, escritores, economistas, entre otros profesionales, donde expondrá cada uno el por qué de su anticlericalismo y ateísmo. Algunos de ellos, siempre tan polémicos, siguen agarrados con la iglesia, como son: Héctor Abad Faciolince con el señor de los infiernos López Trujillo; Felipe Zuleta Lleras, con el iluminado salgareño; Carlos Gaviria, ratificando su agnosticismo, y Humberto de la Calle Lombana defendiendo la libre expresión, como cuando fue el abogado defensor de la revista SOHO por la foto de la última cena y el texto de Fernando Vallejo, donde Jesús era una modelo, muy bien reencarnada.

Celos y venganzas de la Fe

La semana pasada, apenas desperezándonos de la Semana Santa, nos sorprendimos con las declaraciones del máximo prelado del rebaño católico, Cardenal Rubiano Sáenz, al manifestar su descontento con una posible reelección del césar de la libertad: su santidad Álvaro Uribe Vélez. Según Rubiano el presidente omnipotente debe dejar de lado el trabajo glorificado de LSD (La Seguridad Democrática) y ponerle más cuidado a su hijitos y a su esposa. Bueno, propiamente no dijo eso, pero sí que descansara hasta el 2014, año en que podría -si los colombianos quieren y la iglesia no se tuerce-, volver al solio de Bolívar.

Parece ser, por las opiniones que muchos del clero colombiano han expresado, que el presidente Uribe ha estado más pendiente de alabar al señor su Dios en el culto de la senadora Claudia Castellanos, y no en la Santa Madre Iglesia, como debe ser, porque el Estado colombiano, eso es innegable, es un Estado católico consagrado al Sagrado Corazón de Jesús. Y si estos curas son como los del tiempo de Monseñor Miguel Ángel Builes, sí que va estar dura la aprobación del Referendo Reeleccionista II y posible nueva elección del presidente Uribe, porque una cosa tienen los curas y es que a quien los traiciona le voltean al Cristo y lo ponen como penitente a flagelarse con el Cilicio del Opus Dei, al estilo del Jefe de Prensa César Mauricio Velásquez, y lo hacen caminar con granos de maíz –sin cocinar, por favor-, hasta el Cerro de Monserrate.

Como ustedes saben los curas no perdonan media traición. Así como en la Edad Media la iglesia acusaba de herejía a quien negaba que el poder del rey viene de Dios, asimismo le va a pasar a Uribe, porque los dos rencorosos, Rubiano y Castrillón Hoyos, le pueden hacer tragar casa rosario y cada bola de camándula que ofrecieron para la aprobación de la primera reelección. Amén.

Nadie ha olvidado que por los inciensos en que andaba metida la Ministra de Educación en la Catedral Primada de Colombia, la Conferencia Episcopal le jugó maturranga a las libertades individuales de los colombianos, y más a la Constitución de 1991, al obligar a Cecilita a restablecer la Educación Religiosa Obligatoria en todos los colegios oficiales del país. ¿Dónde quedaron las sentencias de la Corte Constitucional por la libertad de cultos? ¿Estamos en el Estado Católico tan anhelado por Builes? ¿Es acaso Colombia un Estado Teocrático o Democrático? ¿De nuevo estamos en la Inquisición? Lo peor, y lo digo con conocimiento de causa, es que si usted como librepensador expresa una acusación en contra de la iglesia, así sea una mención en un artículo de opinión, le da excomunión y expiración de los santos óleos.

Y ahora sí que el Estado colombiano ha quedado sólo y sin séquito de oración con la destitución del Cardenal Darío Castrillón Hoyos de la oficina encargada de los asuntos de fe, la segunda en jerarquía dentro de El Vaticano, después de la doctrina que manejaba López Trujillo. Pero eso no es lo peor de todo. Además fue privado para participar en los próximos Cónclaves y ser cardenal papable. Adiós los sueños de Colombia de tener un Papa.

Ahora sí que no hay Santa Lucía que valga para que le iglesia le declare la oposición al referendo y a la re-re-elección.